Para poder vigilar y actuar ante cualquier situación que pueda surgir, es importante considerar los diferentes riesgos que existen en las piscinas. 

  • Asfixia por inmersión: la reanimación de primeros auxilios dependerá del tiempo que la persona ha estado inmersa en el agua.
  • Traumatismos: caídas por correr por el bordillo de la piscina y realizar actividades de riesgo dentro y fuera del agua.
  • Cortes de digestión: se producen cuando comemos bastante e inmediatamente nos metemos en el agua. Consisten en calambres y punzadas en el estómago principalmente junto con mareos. También pueden ocurrir cuando llevamos mucho tiempo al sol y entramos de golpe en el agua.
  • Problemas dermatológicos: quemaduras de sol e irritaciones en la piel por el cloro.
  • Calambres en las piernas, pies o muslos: tienen lugar cuando los músculos se agarrotan, son muy desagradables y pueden ser peligrosos si se producen dentro del agua.
  • Nariz, boca u ojos irritados a causa del cloro.
  • Golpes de calor: la sobreexposición sin protección solar es un riesgo que puede ocurrir al pasar un gran número de horas bajo el sol. Aunque se haya utilizado crema, es posible que esta desaparezca al entrar y salir del agua.

Recomendaciones de prevención de accidentes en piscinas

  • Evitar el baño tras comer copiosamente: es decir, dejar un tiempo (2 horas aproximadamente) para hacer la digestión antes de bañarnos.
  • No tirarse de cabeza: en zonas en las que no hay suficiente profundidad.
  • Evitar baños en agua demasiado fría: sobre todo si hemos estado largo tiempo expuestos al sol.
  • No sobrevalorar nuestras actitudes como nadadores: especialmente si no dominas la técnica de nado.
  • No entrar bruscamente en el agua: mojar primero zonas como muñecas, brazos y nuca.
  • No perder nunca de vista a los niños: aunque sepan nadar y estén equipados con flotadores.
  • Acudir al socorrista o a otras personas especializadas: si se observa a un bañista con problemas y no actuar de manera impulsiva y en solitario.
  • Localizar a los socorristas: en todo momento.
  • Evitar juegos violentos: tanto dentro del agua como en las cercanías.
  • No hacer prácticas que puedan poner en peligro o molestar a otros bañistas: como tirarte al agua sin calcular bien las distancias.
  • Seguir siempre las normas de cada piscina.
  • Ducharse antes y después de cada baño.
  • No introducir vidrio: dentro del recinto de la piscina.
  • No lanzarte desde trampolines altos: sobre todo si no dominas la técnica o, en su defecto, tirarte con flotadores u otros elementos de baño.
  • No te bañes si tienes algún tipo de enfermedad infecciosa que se pueda contagiar por el agua.
  • Es importante que los adultos estén formados en técnicas de reanimación.
  • Utilizar protector solar y gorros: para evitar las quemaduras para proteger la cabeza.
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