Uso incorrecto de la llave
Uno de los errores más comunes es forzar la llave cuando sentimos resistencia al intentar abrir o cerrar la puerta. Este tipo de acciones puede deformar la llave y dañar la cerradura desde el interior. En casos extremos, podrías incluso romper la llave dentro de la cerradura. Si notas que tu cerradura no funciona con la suavidad habitual, en vez de forzarla, es momento de buscar un cerrajero para que la revisen. Es importante comprender que cada llave y cerradura están diseñadas para trabajar en conjunto sin resistencias, y cualquier anomalía puede ser señal de un problema en puerta.
Consejo: Lubrica tu cerradura al menos dos veces al año y, si sientes resistencia, evita usar fuerza bruta. Una buena rutina de mantenimiento y atención preventiva puede salvarnos de inconvenientes mayores a largo plazo.
Dejar la llave puesta por periodos prolongados
Muchas personas tienen el hábito de dejar la llave puesta en la cerradura por mucho tiempo. Aunque pueda parecer inofensivo, esto puede provocar un desgaste prematuro de la cerradura y facilitar que un delincuente la manipule. Además, este hábito puede hacer que olvidemos la llave en el interior, quedando expuestos a que alguien pueda acceder sin nuestro permiso.
Consejo: Asegúrate de quitar la llave después de usarla y guarda un juego de llaves de repuesto en un lugar seguro. Siempre es aconsejable contar con copias adicionales en lugares estratégicos.
No limpiar o mantener la cerradura
El polvo, la suciedad y otros pequeños residuos pueden acumularse en el interior de las cerraduras, afectando su funcionamiento. La falta de limpieza y mantenimiento es otro error que lleva al desgaste prematuro. La exposición constante a factores ambientales, como la humedad y los cambios de temperatura, también pueden contribuir al deterioro.
Consejo: Limpia regularmente la entrada de la cerradura y considera aplicar un lubricante específico para cerraduras al menos una vez al año. Mantener un ambiente limpio y seco alrededor de la cerradura también puede ayudar a prolongar su vida útil.
Utilizar productos inadecuados
No todos los lubricantes son adecuados para las cerraduras. Usar aceites densos o grasas puede atraer más suciedad, lo que causa obstrucciones y problemas en el mecanismo. A menudo, la elección equivocada de un producto puede acarrear problemas más graves que los que intentábamos resolver en un principio.
Consejo: Usa lubricantes diseñados específicamente para cerraduras. Pide recomendaciones a cerrajeros de confianza o investiga las mejores opciones en línea. Siempre es preferible invertir en productos de calidad para garantizar el buen estado de nuestras cerraduras.
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